lunes, 15 de julio de 2013

Cuidando de un pájaro suicida.

   Día 5 de mi cautiverio, tras mi precipitado intento de tirarme de un noveno y caer en no sé que especie de cámara metalizada ( dicen que se llama pila) vivo esperando que cada dos horas mi celador, que pesa 2695 veces más que yo, me lleve una porción de comida y agua. 
    Mi movilidad ha mejorado y cuando puedo ejercito mis músculos con la esperanza de que me sirva de algo. Se presenta un verano largo y caluroso. Todavía no sé qué quieren de mí.

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