lunes, 8 de marzo de 2010

Reinterpretación del retrato

Cuando comencé a trabajar en la interpretación mis intenciones no eran las mejores, me producía tedio tener que ver otra vez como una cartulina cogía una forma similar a mí ante mis ojos, intenté tranquilizarme pensando que en este caso podría trabajar de manera un poco más libre intentando que la pintura adquiriese mi estado anímico y no mi imagen.
fue cuando comencé a entretejer pintura de todos los colores con negro. primero de los dilemas que se me presentaron, el papel; necesito papeles con textura y no lisos por lo que creo que a partir de ahora se acabó el basic para mí en estos trabajos.
tras la lucha con el fondo que no paraba de cambiar delante
mía , era el momento de incluirme, mi presencia resultó se fantasmagórica, y como muy sabiamente me recomendó Raquel, el fantasma que me representaba
debía pertenecer al papel y no sobrevolarlo.
Este efecto no solo provenía del color sino de la dirección de las pinceladas.
los siguientes pasos fueron a tapar el fantasma con una gran cantidad de pintura colocada en la misma dirección que hizo perderme de vista. entonces empezó a aflorar una manchita de colores ligeramente más claros que adquiría una forma conocida para mí.
Se frena el trabajo, no quiero encontrar la misma cara que en el trabajo anterior. no quería que mi figura `pudiese con el fondo, de momento las cosas son así y mi imagen debe mezclarse con el fondo que le pertenece porque en realidad, si hubiese podido encontrar unos colores que hubiesen definido este momento, sólo habría fondo, porque mi imagen no soy yo, es mi cabeza y eso todavía es muy difícil de meter en un cuadro.














Fin del retrato

Bueno ya no hay vuelta atrás y no estoy dispuesta a romper otra vez mi cara.

El fallo más grande que veo y que no cometí en el anterior es que los ojos estás un poco separados el resto de fallos,


que los hay, me han parecido menos importantes a medida que este cruento castigo llegaba a su fin.
Por fin puedo entregar mi retrato y olvidarme de lo que me ha costado conseguir acabarlo.

martes, 2 de marzo de 2010

Dudoso paisaje

No tengo mucho más que añadir, entregado está, he disfrutado mucho con los colores y he descubierto que mi impresora es una canalla traga luces y comecolores que aprecia más un documento escrito que las hermosas nubes de una feroz tormenta; pero ya arreglaremos nuestras diferencias por el momento no tengo más que añadir, salvo quizás que el trabajo que e empleado creo que se ha visto recompensado sobre todo en la zona central ya que la franja de luz se ha resistido bastante.



















Rotura del autorretrato







Como todos los entes yo también tengo mis momentos de desesperación, y en un proceso en el que me parece particularmente difícil, me he visto obligada a acabar con mi existencia, lo cual no significa que os libre de mi pesadez.




De igual manera nuestra profesora Raquel se dio cuenta hace tiempo que la gente suele subir la nota en el autorretrato yo me he dado cuenta que mirarme durante tantas horas seguidas he intentar quedar aceptable me resulta una ardua tarea para la cual me tendría que haber especializado en 18 años.




Y os prevengo, todo esto ocurrió porque me veía excesivamente morena, ahora sé que no es tan malo pasarse con el sol si esto va a proteger tus nervios, en fin, he roto mi retrato, empezó bien como cualquier otro trabajo al principio me puse años... luego me los quité.... y más tarde descubrí que mi cara era demasiado marrón con lo que me aplique en la tarea de volverla más rosita y clara.




tras varios intentos bastante desastrosos mi cara era morada y horrorosa. la eliminé.


he vuelto a empezar con la misma foto y aunque voy a intentar seguir en la línea de los primeros colores que apliqué esta vez utilizaré más el blanco hasta que consiga una piel aceptable. hasta que lo consiga mando mis más sinceras disculpas al autorretrato con el que no logré convivir.