Cuando comencé a trabajar en la interpretación mis intenciones no eran las mejores, me producía tedio tener que ver otra vez como una cartulina cogía una forma similar a mí ante mis ojos, intenté tranquilizarme pensando que en este caso podría trabajar de manera un poco más libre intentando que la pintura adquiriese mi estado anímico y no mi imagen.
fue cuando comencé a entretejer pintura de todos los colores con negro. primero de los dilemas que se me presentaron, el papel; necesito papeles con textura y no lisos por lo que creo que a partir de ahora se acabó el basic para mí en estos trabajos.
tras la lucha con el fondo que no paraba de cambiar delante mía , era el momento de incluirme, mi presencia resultó se fantasmagórica, y como muy sabiamente me recomendó Raquel, el fantasma que me representaba debía pertenecer al papel y no sobrevolarlo.
Este efecto no solo provenía del color sino de la dirección de las pinceladas.
los siguientes pasos fueron a tapar el fantasma con una gran cantidad de pintura colocada en la misma dirección que hizo perderme de vista. entonces empezó a aflorar una manchita de colores ligeramente más claros que adquiría una forma conocida para mí.
Se frena el trabajo, no quiero encontrar la misma cara que en el trabajo anterior. no quería que mi figura `pudiese con el fondo, de momento las cosas son así y mi imagen debe mezclarse con el fondo que le pertenece porque en realidad, si hubiese podido encontrar unos colores que hubiesen definido este momento, sólo habría fondo, porque mi imagen no soy yo, es mi cabeza y eso todavía es muy difícil de meter en un cuadro.
joder ana,,, da mucho mal rollito tu retrato interpretativo"!!!
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