se supone que deberían parecerse al de la foto pero más bien es una interpretación de la foto suerte al resto
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LA LUZ Y EL COLOR EN LA EDAD MEDIA
1. Luces y colores
Aún hay muchas personas que cuando hablamos de Edad Media se imaginan la Edad Media como época “oscura” incluso desde el punto de vista del color porque es la típica imagen común de las “edades oscuras”.
Es verdad que en esta época la noche se vive en ambientes poco luminosos: en cabañas alumbradas como mucho por el fuego del hogar, castillos iluminados por antorchas o conventos oscuros… pero esto también ocurría en el Renacimiento y Barroco… hasta el descubrimiento de la electricidad.
En cambio al hombre medieval se le representa en poesía y sobre todo pintura en un ambiente muy luminoso. Llama la atención que en las miniaturas medievales, habiendo sido realizadas tal vez en ambientes apenas iluminados, están llenas de luz, una luminosidad especial, producida por la proximidad de colores puros: rojo, azul, oro, plata, blanco y verde, sin matices ni claroscuros.
La Edad Media juega con colores elementales, con zonas cromáticas definidas y enemigas del matiz, utilizan tintes para telas.
En la pintura barroca por ejemplo, los objetos son alcanzados por la luz y en el juego de los volúmenes se dibujan zonas claras y zonas oscuras (luz en Caravaggio o Georges de La Tour). En miniaturas medievales, en cambio la luz parece irradiar de los objetos, que son luminosos en sí mismos.
Las miniaturas mozárabes de la Alta Edad Media son realizadas con contrastes muy violentos de amarillo y rojo o azul, o las miniaturas otonianas, donde el esplendor del oro contrasta con tonos fríos y claros, como el lila, el verde el amarillo arena o el blanco azulado. En plena Edad Media Tomás de Aquino recuerda que para la belleza son necesarias 3 cosas: la proporción, la integridad y las claritas; las claritas es la claridad y luminosidad.
2. Dios como luz
Uno de los orígenes de la estética de las claritas deriva del hecho de que en muchas civilizaciones se identificaba a Dios con la luz. Esto también conduce a las ideas de Platón sobre la teoría de luces y sombras en el mito de la caverna. Otro filósofo, Plotino se pregunta cómo es posible que consideremos bellos los colores y la luz del sol, o el resplandor de los astros que son simples y no tienen simetría; llega a la respuesta de que la simple belleza de un color viene dada por una forma que domina la oscuridad; de ahí que cuando vemos el fuego nos quedemos mirando; por la belleza del fuego, del color, de la luz. Porque esto representa lo divino.
Por eso Dios se identifica con el resplandor de una especie de corriente luminosa que recorre el universo.
3. Los colores en la poesía y en la mística
En los poetas el tema del color vivo es constante. Existen superlativos para todos los colores y un mismo color posee muchas gradaciones, pero ningún color muere en zonas de sombra.
Es sobre todo en la Edad Media cuando se elabora la técnica figurativa que más aprovecha la vivacidad del color simple unido a la vivacidad de la luz que lo penetra: por ejemplo las vidrieras de la catedral gótica atravesada por láminas de luz que penetran por las ventanas, filtradas por vidrios de colores unidos entre sí.
4. Teólogos y filósofos
Los teóricos se refieren al color como causa de belleza. Consideramos bellas las cosas de colores más nítidos.
Por ejemplo Hugo de San Víctor alaba el color verde por ser el más bello de todos, símbolo de la primavera, imagen del futuro renacimiento.
La especulación científica sobre la luz llega a la Edad Media a través de “perspectiva” escrito por el árabe Al-Hazen.
La cosmología de la luz propuesta por Roberto Grossatesta intenta resolver la oposición entre el principio cualitativo y cuantitativo del color y define la luz como la máxima proporción.
La proporción del mundo no es más que el orden en el que la luz se materializa en la materia.
La visión de lo creado resulta una visión de la belleza ya sea por las proporciones o por el efecto de la luz agradable a la vista.
Buenaventura de Bagnorea retoma una metafísica de la luz. La luz es para él forma sustancial de los cuerpos y por tanto principio de toda belleza. Porque a través de ella se crea la diferenciación de los colores y de las luminosidades, de la tierra y del cielo.
5. Luz, riqueza y pobreza
En la sociedad medieval existe diferencia de clases sociales; está compuesta de ricos y poderosos, y de pobres y desheredados. Para manifestar su poder, los señores se adornan con oro y joyas y se cubren con ropas teñidas con los colores más preciosos, como el púrpura. Los colores artificiales, que proceden de minerales o vegetales y necesitan mucha elaboración representan la riqueza, mientras que los pobres se visten solo con telas descoloridas y modestas, grises o marrones casi siempre sucios.
La variedad de colores y el brillo de las piedras preciosas son signo de poder y por tanto objeto de deseo y de maravilla. Los tintes de las telas eran tan complicados y costosos que los tenían que realizar los propios miniaturistas para fabricar colores vivos y brillantes.
Por otra parte los desheredados solo pueden gozar de los colores de la naturaleza, del cielo, de la luz del sol o de la luna, de las flores… por eso su concepto de belleza se identifica con la variedad de colores en la naturaleza.
6. Los colores en la vida cotidiana
El gusto por el color se manifiesta fuera del arte, en la vida y en las costumbres cotidianas, en los vestidos, en los adornos, en las armas (lanzas, plumeros, banderas…) las preferencias cromáticas eran la combinación de amarillo pálido y azul, anaranjado y blanco, anaranjado y rosa, rosa y blanco, negro y blanco.
Fiestas danzas y zocos son zonas donde el color ya la vivacidad de los mismos mueven toda una época.
Las banderas que indican la procedencia también hablan del poder adquisitivo de un pueblo y de sus riquezas
7. Color y el avance en la cultura
Como en todos los aprendizajes la técnica del color en las ropas aumenta con el paso de los siglos y los maestros. A parte de pasar por un proceso muy delicado los tintes eran realmente difíciles de conseguir con lo que el hombre pone en funcionamiento el intelecto y empieza a encontrar maneras de obtener sus pigmentos de un modo seguro y eficaz con lo que comienza así el cultivo de plantas , los cruces entre razas de insectos como la cochinilla y la recolección de hojas flores y frutos de arboles de cultivo y flores silvestres, lo que les hace inventar también una técnica de secado ya que estas plantas no permanecían vigentes en todos los lugares durante toda las épocas del año. Para ser teñidas además las telas han de pasar por un proceso denominado mordentar, una preparación singular dependiendo de los tintes utilizados que asegura la fijación del color en su mayor intensidad. Todas estas particularidades hacen que prolifere el comercio con telas, tintes, y preparados y aumenta el ingenio del ser humano y las relaciones con otras culturas.
8. El simbolismo de los colores
La Edad Media cree firmemente que todas las cosas en el universo tienen un significado sobrenatural,.
Se llega a atribuir significados positivos o negativos también a los colores. Como es un período de tiempo muy largo se producen cambios en las creencias acerca del significado de los colores.
En los primeros siglos el azul y el verde es considerado un color de escaso valor probablemente porque al principio no conseguían azules vivos o brillantes, y por tanto los vestidos o las imágenes azules aparecen descoloridos y desvaídos.
A partir del siglo XII el azul se convierte en un color apreciado por el valor místico y el esplendor estético del azul de las vidrieras y de los rosetones de las catedrales.
En determinados períodos y lugares, el negro es un color real, en otros es el color de los caballeros misteriosos que ocultan su identidad.
Las ropas rojas expresaban valor y nobleza, aunque el rojo también sea el color de los verdugos y de las prostitutas.
El amarillo es el color de la cobardía y va asociado a las personas marginadas y objeto de rechazo, los locos, los musulmanes, los judíos… pero también es celebrado como el color del oro, de los metales, de la luz…
Siento haber tenido que eliminar la presentación por su mal funcionamiento